ERES y corrupción.

Publicado: 25 marzo, 2013 en Sindicato

ventilador

Los sindicatos disponen de gabinetes jurídicos y técnicos, en los que apoyar su acción sindical y la defensa de los intereses colectivos e individuales de sus afiliados. Son gabinetes conformados por buenos profesionales, avalados frecuentemente por muchos años de dedicación, y apuntalados en el contraste de  experiencia propia con la colectiva. Las relaciones laborales son complejas. El  que las asesorías laborales sean de calidad  y que la defensa jurídica que se aporte sea de alta cualificación, en un marco de mutación legislativa permanente, requieren de mucho estudio y dedicación. También de una dotación de recursos y humanos y técnicos importante. Lo mismo podríamos decir en el asesoramiento técnico en  la  vertiente económica; estudio de la situación patrimonial y viabilidad de las empresas, elaboración de alternativas, informes contradictorios, etc.

 Los asesores laborales, abogados, economistas, etc. que trabajan en los sindicatos, al igual que los sindicalistas profesionalizados, suelen ser gente seria y entregada, a los que gusta su trabajo, pero hay que reconocerles un punto débil, por otra parte nada original; tienen que vivir de su trabajo. Cada día se ven en la necesidad de tener que comer, vivir bajo techo, reproducirse y alimentar la prole… necesidades de ocio y culturales.. y, porque no, tomarse alguna cañita y, a ser posible, de vez en cuando, con gambita incluida. ¡Vamos, como todo el mundo! Y para eso, claro, el sindicato ha de pagarles su salario, de forma puntual, cada primero de mes.

Hacer un buen trabajo de asesoría en un ERE requiere de mucho tiempo y dedicación. Trabajo sindical y técnico en el que se emplean horas, dias… Los trabajadores, en un ERE, se juegan mucho. Muchos el empleo, y eso no es ninguna tontería. Los que se quedan en la empresa después de los ajustes, se juegan la viabilidad de su puesto de trabajo, las condiciones laborales y su futuro. Y un buen trabajo sindical y técnico en un proceso de negociación o judicialización de un ERE, si se pretende salvar proyectos, sujetar empleo y  defender condiciones laborales, es fundamental.  Tanto para las personas vinculadas contractualmente a la  empresa, como para el saneamiento, mantenimiento y posterior crecimiento del tejido productivo. En la negociación y resolución de cada ERE hay efectos sobre las personas, sobre los sectores y sobre la economía del país.

La inmensa mayoría de sindicalistas, asesores y técnicos, se toman muy en serio su trabajo y son conscientes de su responsabilidad. Y sus sindicatos, cuando intervienen en un ERE, minutan por su trabajo. Claro que lo hacen. Como cualquier gabinete o entidad.  Dentro de un marco rigurosamente legal. Y bonifican a sus afiliados, naturalmente, que para eso pagan cuota cada mes, durante años. Y esta no es una práctica ilegal, no puede ser cuestionada y es demencial asimilarla a cualquier forma de corrupción.   Dígase con claridad meridiana.

Emporcar a los sindicatos por su actuación en los ERES, ponerlos permanentemente en entredicho, pretender generalizar de forma sistemática e injusta la porquería, es obsceno. Como lo es cada intoxicación que busca poner bajo sospecha todo lo que se menea, para así, en la confusión, ocultar los graves casos de corrupción real. Ya está bien de tanta confusión interesada. No todos son iguales. No todos somos iguales. Ya está bien de hacer el juego a los corruptos de verdad. Estos son los más interesados en proyectar su propia mierda sobre los demás.

¡Pobre Democracia, secuestrada por incapaces, vapuleada por corruptos, difamada por irresponsables, manipulada por trileros…..!

   Nadie puede negar la posibilidad que algún incontrolado haga alguna pifia. Si se detecta a algún corrupto que se aparta de la norma de honestidad sindical y profesional, dígase con nombres y apellidos, apórtesen las pruebas pertinentes y  que la justicia actúe con contundencia. Los indecentes, los corruptos, no pueden encontrar justificación ni calor en el movimiento sindical.  En Comisiones Obreras, no.

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