Floreal Torguet: “No profeso ninguna religión pero creo en el sindicalismo”

Publicado: 11 abril, 2011 en Sin categoría

 

Conocí a Floreal cuando el estaba recién salido de la cárcel. En una reunión con compañeros de trabajo de la empresa Boeing (luego se llamaría PAE), que llevaba a cabo tareas de mantenimiento en la Base Aérea de Zaragoza, en el sector norteamericano.  Acudió al encuentro en el Parque Grande, con otros militantes del sector de Construcción. Floreal llevó la voz cantante, trasmitía entusiasmo y mucha credibilidad y consiguió conectar rápidamente con el grupo de chavales que nos reunimos con ellos. El mismo entusiasmo, la misma credibilidad, seriedad y honradez que ha venido manteniendo a lo largo de estos años en los que, a partir de entonces, fue para mí un referente sindical, político y humano fundamental. Casi me atrevería a decir que el referente fundamental. Amable de apariencia y de fondo, sólido en sus convicciones y jamás, ¡jamás!, dogmático. Nunca rencoroso, ni con los que le torturaron. Siempre conciliador y buscando el encuentro. ¡Si el era comunista, con un militante así, era fácil simpatizar con el PCE!. Siempre ha sido muy receptivo a las reflexiones y aportaciones , incluso a las de aquellos a los que nos daba cien vueltas en sabiduría y experiencia. Ha estado siempre en la primera línea en la lucha por las libertades y por la dignidad de la clase trabajadora. Desde que lo conozco, jamás ha dejado de militar, ni un solo día, en el movimiento obrero, en CCOO. Con cargos o sin ellos. Incansable militante, en extensión en elecciones sindicales, en la acción sindical, negociando convenios, calculando liquidaciones, haciendo asambleas en los tajos, resolviendo problemas, preocupándose por el lado humano de las personas… o debatiendo y aportando en lo órganos de dirección. Me gusta encontrarlo en los lugares y movidas en los que coincidimos. Me encanta darle un abrazo a el y a Clementina, su mujer, siempre a su lado. Me gusta ver como, a  veces ,Clementina le echa la bronca a Floreal, porque parece enfadada pero como de mentirijillas. Y en sus labios, siempre, la sonrisa. En sus ojos, siempre, el cariño. El mismo que tienen, incondicionalmente, de todos los que los conocemos. Compañeros y compañeras como estos se merecen cien y un millón de reconocimientos. Son los que han hecho, y siguen haciendo,  de nuestro Sindicato, CCOO, un lugar desde el que merece la pena luchar, por el que merece la pena comprometerse. A todos aquellos que desde una tremenda ignorancia se empeñan en desprestigiar el hecho sindical y a las personas sindicalistas, les recomendaría  un ratico de charrada con Floreal.

Julián Buey. Secretario General CCOO Aragón.

Entrevista publicada en Trabajo Sindical nº 115 de Abril 2011

Hablamos con: Floreal Torguet, un histórico de CCOO Aragón.

“No profeso ninguna religión pero creo en el sindicalismo”

Floreal Torguet Pena nació en Osso de Cinca (Huesca) el día 28 de enero de 1935. Él dice, con una amplia sonrisa, que debieron ponerle ese nombre porque su padre leyó el libro anarquista: “Sembrando Flores” de  Eliseo Reclus. Guarda un gran recuerdo de su infancia ayudando a sus familiares en las labores del campo, estudiando en la escuela y pasando sus ratos libres enfrascado en la lectura de novelas o tebeos. Siendo adolescente tuvo que emigrar a Francia con su madre y es allí donde se afilia a las juventudes comunistas con dieciocho años. En 1963 es elegido como Secretario General del partido en la zona de los medios pirineos franceses y realiza numerosos viajes para intercambiar información con los grupos comunistas españoles que habitan en la clandestinidad. Vuelve a España en 1965 y se afinca definitivamente en Zaragoza dos años después. Es en la capital aragonesa donde dedicará (y dedica) su vida a la lucha sindical dentro de la organización Comisiones Obreras.

 ¿Cuándo entras a formar parte de CCOO?

El 27 de octubre del 1967,  me acerqué, por curiosidad, a la concentración que había convocado CCOO para los trabajadores del metal en los locales del sindicato vertical (franquista) en Zaragoza. Gracias a mis contactos dentro del Partido Comunista acabé conociendo a Vicente Cazcarra (responsable en Aragón del PC) y me acabé encargando de organizar las agrupaciones del partido entre los obreros. Entonces ya teníamos gente en varias fábricas del metal como Tudor, Balay o Taca; al poco tiempo creamos una agrupación en el sector de la construcción ya que mi profesión era la de albañil.

 ¿Cómo era la  España de los años 60, 70 y que conflictos sociolaborales surgían en aquella época?

Vivíamos en una dictadura donde las libertades estaban seriamente restringidas por lo que se hacía muy difícil tener una organización sindical como ahora existe. Desde el PCE y CCOO, estábamos inmersos en una escalada de activismo y de movilización constante, por ello había que resaltar aquellos factores que podían tener arraigo en los trabajadores. En los tajos, hablábamos de los problemas cotidianos: seguridad, condiciones higiénicas, vestuarios, horas extras o de los salarios.

 En unos tiempos que ser sindicalista te podía costar la vida, tu fuiste encarcelado ¿Cuál fue la excusa para encerrarte y que recuerdos tienes de esta horrible experiencia?

A lo largo de 1970, en todas las reuniones de la coordinación nacional de CCOO, se hacían llamamientos a la movilización y a la realización de jornadas de lucha por la amnistía de los presos políticos, la vuelta de los exiliados o la anulación de los procesos. Recuerdo que el siete de diciembre preparamos una concentración en la calle Alfonso, a  las 8 de la tarde. En Aragón comenzaron a detener a responsables de CCOO, yo conseguí eludir durante algún tiempo a la policía pero acabaron cogiéndome. En los interrogatorios policiales acabaron por romperme un pie y dos costillas; aunque salí a los dos meses de la cárcel de Torrero (Zaragoza), me volvieron a detener y esta vez pase treinta y dos meses en la prisión de Carabanchel (Madrid), lejos de casa y de mi familia.

 En el año 1978 se legaliza a CCOO en España. ¿Cómo vivís la noticia en Aragón?

A nosotros no nos afecta mucho. En Aragón ya funcionábamos con mucha libertad desde 1976, a pesar de seguir en la clandestinidad. Ese mismo año firmamos un extraordinario convenio de la construcción y organizamos una huelga general, no legal, pero sin ningún tipo de represión.  

 Con más de medio siglo en el sindicato has vivido las tres grandes crisis que ha sacudido a la sociedad española (81, 91 y 2008). ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre ellas y cuál ha sido el modus operandi del sindicato en cada una de ellas?

 Las crisis siempre han tenido circunstancias parecidas, pero en todas ellas este sindicato abierto, democrático y afianzado a la realidad ha luchado por los derechos de los trabajadores. El sistema neoliberal siempre ha dominado al estado, cuando debería ser al revés; el interés público debería primar sobre los fines privados. Creo que en España tenemos mucha suerte de tener dos organizaciones sindicales que defienden los intereses de la mayoría trabajadora del país.

 Comisiones Obreras ha tenido un papel muy importante en las cuatro huelgas generales que se han realizado en este país. ¿Crees que la sociedad española sigue teniendo un carácter reivindicativo para hacer valer sus derechos?

No se pueden hacer comparaciones. En cada momento de la historia ha habido complicaciones diferentes y hay que buscar las soluciones idóneas para los inconvenientes que van surgiendo. Para mí, la frase: “tiempos pasado fueron mejores” no tiene sentido siempre hay que mirar hacia delante.

 ¿Qué papel ha tenido el sindicalismo en la evolución de la sociedad española?

 Ha sido una figura importantísima. En los Pactos de la Moncloa, Comisiones Obreras apoyamos decididamente, este pacto de  los partidos políticos y ahí se pusieron las bases de la transición democrática que transformó al país. Gracias a la libertad sindical (firmada en este acuerdo) conseguimos mejores convenios en las empresas que protegieron los derechos de los trabajadores y más tarde en el Pacto de Toledo garantizamos el sistema público de pensiones.

 Para finalizar este recuerdo a tus 44 años de compromiso con el sindicato, me gustaría resumir la entrevista en una pregunta. ¿Qué supone para ti haber pertenecido a CCOO?

 Me llena y completa haber ejercido mi labor en esta organización y guardo una especial relación con todos mis compañeros. No profeso ninguna religión pero si que creo en el sindicalismo.

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